Pensando en voz alta

No quiero un ejército, quiero ideas propias que derrumben muros

EL CASO DE A


Muy buenos días a todas y a todos, hoy voy a analizar, desde mi punto de vista, el caso del trabajador A (Si alguien no sabe de qué hablo le recomiendo que lea la entrada de ayer).

Muchos habrán pensado que A es un pringado, mira que dejarse la vuelta en el dispensador de monedas, seguro que el siguiente usuario de la maquina de café se ha llevado una grata sorpresa. Pero no es cierto que siempre que alguien pierde, otro sale ganando.

Sobre el caso de A, y a la espera de alguna de vuestras aportaciones, yo quiero hacer dos reflexiones:

1-    El caso es el siguiente: A se gastó 1 € por un café que costaba 50 céntimos. Los cierto es que A tiene su café, y con este frío que hace, sólo quieres tomarte algo calentito. A ha perdido 50 céntimos, pagó un precio desmesurado, el doble, pero tiene lo que quería.

2-    A estaba en su momento de descanso, pese a ello, le ha llamado el jefe porque este segundo ha perdido u olvidado unos papeles importantes, se los reclama y le obliga a volver a su puesto y enviárselos. No soy jurista ni tan siquiera estudiante de derecho pero ¿en un juicio el jefe de A no sería un Cómplice Necesario?



Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa
Epicteto de Frigia

LA MÁQUINA DEL CAFÉ (Enunciado)

Muy buenos días a todas y a todos, después de muchos meses de inactividad, quiero retomar el mundo bloguero con una reflexión comunitaria, un dilema. Se trata de una comparación de dos comportamientos diferentes, con sus luces y sombras, con su parte buena y mala, un ejemplo de lo que sucede cada día en miles de actos y facetas humanas. Simplemente quiero abrir un melón, que degustaremos, si queréis acompañarme, durante los próximos días.

ENUNCIADO:
Un trabajador, el señor A, en su descanso a media mañana, se acerca hasta la maquina del café, quiere un café con leche que cuesta 50 céntimos, pero como no tiene cambio echa una moneda de un euro, justo cuando da al botón le llaman por teléfono, es su jefe: - "A no encuentro la documentación que necesito levar a la reunión, envíamela otra vez ahora mismo pues la reunión empieza en cinco minutos".
El señor A coge corriendo el café y aunque se está quemando los dedos, va hasta su sitio para enviarle la documentación al jefe. Sin embargo se ha dejado los 50 céntimos de vuelta en el dispensador de monedas, es decir, el café le ha costado 1€.
Unos días después sucede lo siguiente:
Un trabajador, el señor B, en su descanso a media mañana, se acerca hasta la maquina del café, quiere un café con leche que cuesta 50 céntimos pero como no tiene cambio echa una moneda de un euro, justo cuando da al botón le llaman por teléfono, es su jefe: "B no encuentro la documentación que necesito llevar a la reunión, envíamela otra vez ahora mismo pues la reunión empieza en cinco minutos".
El señor B coge el cambio del dispensador de monedas y corriendo se va hasta su sitio para enviarle la documentación al jefe. Se ha dejado el café en la maquina, es decir, a pagado 50 céntimos por nada.

LA CUESTIÓN:
Si a vosotros os tocara ser A o B, ¿con quién os identificáis?,¿sois del café o de la vuelta?

"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona"
Aristóteles

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