Pensando en voz alta

No quiero un ejército, quiero ideas propias que derrumben muros

MÁS MADERA

Cada día que pasa, estoy más convencido de que nos equivocamos de lleno, estamos tan empeñados en colocar en las vías un tren que ha descarrilado, que no nos damos cuenta de que ese tren está en las vías equivocadas, que se dirige inevitablemente a un nuevo descarrilamiento y como todo accidente, traerá nuevas víctimas. Esta reflexión viene motivada por el último anuncio de nuestro gobierno, el “Repago” sanitario ya está aquí, el viernes lo aprobará el Consejo de Ministros.
Dicen que será en función de la renta, si cobras más de 100.000€ pagarás más, pero si cobras menos de 10.000€ al año también pagarás, es más, pagaras lo mismo que si cobrases 99.999€ al año. Y digo yo, donde se ha quedado la progresividad, porque entre uno y otro hay un buen tramo fiscal de diferencia. También dicen, porque ya se sabe, “donde dije digo…” El caso es que afirman que si superas los 20€ en gasto al mes, te devolverán el excedente. Y esto último me lleva a dos reflexiones:
1.- ¿Cuándo lo devolverán? Y ¿en qué condiciones?, porque cuando llegas a duras penas a fin de mes, y te alimentas de arroz o pasta desde el día 20 porque necesitas llegar al día 30 o 31, no me vale la promesa de que me devolverán el dinero, necesito tener el dinero en mi poder, para sobrevivir. Entonces quiero que alguien nos lo aclare, cuando y bajo que circunstancias van nuestros abuelos a recibir el dinero que es suyo y que, como han reconocido, se lo van a confiscar por un tiempo.
2.- Si resulta que al final, el poder recaudatorio de esta medida es de 20€ por pensionista, ¿no os parece esto un impuesto injusto e innecesario? Es como si dijeran: “mira como te has empeñado en seguir vivo te voy a cobrar 20€ al mes por tener que aguantarte”.
Volviendo al ejemplo del tren, yo diría que estamos haciendo responsables y pagadores del descarrilamiento a aquellos que durante toda su vida se encargaron de echar carbón a la caldera, y ahora, que van sentados en el vagón de la clase turista, porque no les permitimos viajar en primera, les recriminamos el bajo coste de su billete, y les obligamos a empujar del convoy, aunque, sin sus medicinas, ya no les queden fuerzas.
Todo impuesto debe salir de lo superfluo, y no de lo necesario
Gaspar Melchor de Jovellanos

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